martes, 31 de julio de 2007

Libro ESQUEMA DEL PSICOANÁLISIS de Sigmund Freud

Por el Dr. Fernando Estévez Griego

El psicoanálisis nació en el siglo XX con la aparición de la obra de Freud sobre la interpretación de los sueños en 1900 y que quería, en un principio, comprender la naturaleza de las enfermedades llamadas funcionales para vencer lo que su autor consideró como impotencia médica en su tratamiento. Podemos entonces definir al psicoanálisis como un método para investigar los procesos anímicos y a la vez un método terapéutico de perturbaciones neuróticas basado en la investigación a la cual hacíamos referencia anteriormente. También podríamos definir el psicoanálisis como un conjunto de conocimientos psicológicos, adquiridos por esta investigación que ha constituido una disciplina científica.
Los pilares o bases fundamentales de la teoría psicoanalítica son: La hipótesis de la existencia de procesos psíquicos inconscientes, el reconocimiento de las teorías de las resistencias y represiones, la valoración de la sexualidad y del complejo de Edipo. Quien no esté de acuerdo con estos fundamentos, para Freud no puede contarse entre los psicoanalíticos. Freud establece en su esquema del psicoanálisis un principio de la Antítesis de instintos sexuales e instintos de yo. Esta tesis es su punto de partida para lo que él considera como un referente válido pues, a su entender, antes de la teoría psicoanalítica en psicología reinaba la total arbitrariedad respecto de este tema, pues cada psicólogo admitía tantos instintos como quería y además lo que su entender quería.
Teniendo en cuenta que los primeros estudios del psicoanálisis fueron las neurosis de transferencia, tales como la histeria y la neurosis obsesiva, los síntomas de éstas surgían como consecuencia de los impulsos sexuales que habían sido reprimidos por el yo (personalidad). El inconsciente entonces expresa indirectamente este fenómeno. La libido es la manifestación del amor, así como lo es el hambre del instinto de conservación. Lo que me parece sumamente importante de este trabajo de Freud es su afirmación de que el instinto sexual se podía descomponer en instintos parciales, y que cada instinto parcial se encuentra inmutablemente caracterizado por su fuerte, o sea, por aquella región del soma de donde extraía el mismo su estímulo.
Este concepto es la base misma de la Psicología Somática que parte desde Freud y su análisis psíquico hacia el análisis interrelacionado e interdependiente del soma. Freud plantea que puede distinguirse claramente que existe un objeto y un fin, el fin es siempre la satisfacción o descarga, pero si esto no acontecía podía evidenciarse una sublimación en la cual se sustituye el objeto, de tal manera que incluso un instinto sexual encuentra su satisfacción en un instinto no sexual.
El aparato psíquico: el psicoanálisis parte de un supuesto básico que es la vida mental, de la cual conocemos su órgano somático y teatro de acción que es el encéfalo o sistema nervioso y por otro lado nuestros actos de conciencia. Las nociones que Freud plantea sobre el aparato psíquico son las siguientes: denomina a la más antigua de las funciones mentales, Ello, a la que le otorga la facultad de contener lo heredado, lo innato, lo constitucionalmente establecido, los instintos originarios de la vida somática que alcanzan al Ello y que en aquel entonces Freud desconocía.
Bajo la influencia del mundo exterior y gracias a los órganos preceptores que reciben los estímulos del mundo, se genera en nuestra vida psíquica el Yo que obra como mediador entre el Ello y el mundo exterior. Así, el Yo gobierna la motilidad voluntaria como consecuencia de la relación existente entre la percepción sensorial y la actividad muscular. El Yo se percata de los estímulos y los acumula en la memoria aprendiendo a modificar el mundo exterior adecuándolo, cuando puede, a su propia conveniencia. (Este modificar el mundo exterior a su conveniencia no es otra cosa que el Deseo de Poder que alberga todo ser humano). Hacia el interior el Yo decide cuando tendrán lugar o no las satisfacciones de los ins-tintos, aplazando las mismas hasta que la oportunidad sea propicia en el mundo exterior.
El Yo sin embargo persigue el placer y trata de eludir el displacer. Cuando el displacer aumenta y el Yo capta este peligro inmediatamente genera angustia. El Yo se desconecta del mundo exterior cuando duerme. Cuando el ser humano vive en dependencia de sus padres o substítulos, el Yo está formando y esa influencia parental recibe el nombre de Superyo. El Super-yo sustituye posteriormente la figura de los padres por la de los educadores o ídolos, de esta forma el Superyo es lo recibido moralmente de los demás, mientras que el Yo es lo actual. Freud afirma un hecho comprobable tal vez en el delfín, que es que esta estructura psíquica puede ser aplicable a los animales superiores.
Otro punto de vital importancia en estos escritos es la definición clara de que el Ello tiene como propósito de vida satisfacer sus necesidades innatas. De esta forma se define a los instintos como las fuerzas que actúan tras las tensiones provocadas por las necesidades del Ello. Asimismo, los instintos pueden trocar su fin por desplazamiento y sustituirse en orden de importancia pasando la energía de unos a otros.
Desarrollo de la función sexual: Freud establece que la vida sexual no es tan sólo el impulso de poner en contacto los órganos genitales propios con los de otro individuo del sexo opuesto, acompañando este acto, del beso, caricia y otros actos similares, pues es evidente en el análisis freudiano que existen: 1) seres que son atraídos por personas del mismo sexo (homosexualidad), así como 2) personas cuyos deseos parecen ser sexuales pero descartan la utilización normal de los órganos sexuales llamados técnicamente “perversos”, así como 3) existen niños a los cuales se les ha apodado degenerados que a temprana edad manifiestan excitación por sus órganos sexuales.
Así, Freud arriba a comprobaciones fundamentales:
1) Que la vida sexual comienza poco tiempo después del nacimiento.
2) Separación del concepto sexual del de genital, siendo lo sexual un concepto más amplio que no necesariamente tiene relación directa con los órganos sexuales.
3) La vida sexual entonces se transforma en la función de obtener placer en zonas del cuerpo. La boca es a partir del nacimiento el primer órgano erógeno, seguido de una etapa sádicoanal, hasta desembocar en la fase fálica. Freud asimismo plantea que la humanidad ha sido herida en su amor propio por el avance científico. Menciona que una vez descubierto que la Tierra no es el epicentro del Universo, la ilusión narcisista general se ha desvanecido. Pero en su evolución cultural el ser humano, haciendo las veces de soberano de todos los seres de la Tierra, generó además un abismo entre él y ellos, negándole toda razón además de dotarse a sí mismo de un alma inmortal proveniente de su supuesto origen divino.
Pero Freud afirma además que el hombre, gracias a Darwin, no es nada distinto del animal n algo mejor que él y que, a esto, él lo llama la ofensa biológica, a la que le sigue la ofensa psicológica. Luego dedica en estos escritos su pluma, a la posibilidad del análisis profano, o sea a la posibilidad de un no médico se convierta en psicoanalista. Así analiza la creación de una cátedra de psicoanálisis en las Universidades donde afirma que antes de exponer el psicoanálisis debería realizarse un curso introductorio a las relaciones de la vida psíquica y la somática, que es el fundamento de cualquier tratamiento psíquico (psicoterapia), pues el psicoanálisis es, para cualquier estudiante, lo más apropiado para transmitir un conocimiento coherente de la Psicología.
Asimismo, Freud ve en el psicoanálisis un sistema que permite preparar el estudio de la Psiquiatría. Dotando al estudiante de una serie de cuadros clínicos que le permiten distinguir entre cuadros incurables, curables o aquellos que revisten cierta peligrosidad social. Freud dice que un analista profano no hallará dificultad en conquistar la consideración de un guía espiritual secular. Su propuesta es recibida en ciertos círculos posteriormente con beneplácito.

Libro EL SENTIDO DE LA VIDA de Alfred Adler

Por Fernando Estévez Griego Ph. D.

“El hombre sabe mucho más de lo que comprende.”
Adler

Adler comienza su libro indicando que como consejero médico, psicólogo y educador en escuelas y familias ha tenido la ocasión de lograr una visión de conjunto de un inmenso material humano, agregando que siempre se propuso no hacer ninguna alusión que él mismo no pudiera demostrar o ilustrar con su propia experiencia.
Así, declara que está abierto al análisis de lo singular, pues él mismo es el creador de la Psicología del Individuo. Adler ve al ser humano como una parte de la totalidad. Para él, cuando un estilo de vida equivocado se manifiesta lo hace porque no aparece un sentimiento de comunidad del individuo. Y la proximidad de una tarea como factor exógeno hace aparecer el síntoma: la neurosis, neuropsicosis, criminalidad, etcétera. Una vez que se desenmascara la falta de capacidad de convivencia cabe preguntarse dónde fue interceptado el sentimiento de comunidad.
Evidentemente, aquí no podemos hablar de un inconsciente ni de represión según Adler, quien propone para que comprendamos a un individuo que le preguntemos cuál es el sentido que él mismo tiene de la vida y del significado de su existencia. Captando en ese momento cuál es la disonancia entre el individuo y la comunidad. Adler establece un hecho relevante al argumentar que todo acto es el vector de nuestras energías y facultades y que el ser humano obra como si supiera hacia donde va, como si nuestra conducta dependiera de nuestra opinión preformada.
Así que nuestro parecer sobre los hechos importantes y trascendentales de nuestra existencia dependen de nuestro estilo de vida.
El medio y camino para explorar los estilos de vida: No podemos rechazar ningún camino para explorar el íntimo sentido de la vida. Adler dice que en todas las épocas fueron sin lugar a dudas los poetas quienes lograron descifrar el estilo de vida del ser humano, con sus escritos que nos transmiten sentimientos. Este poder de describir los movimientos emocionales se denominó intuición, el cual es común a todos los seres humanos y del cual nos valemos para solucionar nuestros problemas cuando el caos nos amenaza.
La psicología era inofensiva hasta que se incorporó a la Filosofía y a la Antropología brotando los gérmenes del conocimiento científico. La psicología renació con el psicoanálisis. Pero Adler critica las metáforas sexualizantes de Freud y sus discípulos y sus interpretaciones lanzadas al viento. Adler dice que esta escuela (Freudiana) es el resultado de niños mimados con lo que quiere decir indirectamente que es el resultado de los problemas intelectuales de la burguesía que tenía tiempo de perder el tiempo.
Entonces Adler coloca a su Psicología del Individuo en el terreno de la evolución considerando el anhelo humano como una tendencia hacia la perfección. Todo impulso vital física y psíquicamente está ligado a ese anhelo. El sentimiento de inferioridad y el sentimiento de comunidad son los pilares básicos de la investigación de la Psicología Individual de Adler.
Esta psicología roza con la sociología pues no se puede concebir un juicio sobre un individuo sin conocer la estructura vital y lo que de él demanda la sociedad, en el lugar que se desempeña habitualmente. El individuo se enfrenta a su entorno donde podemos descubrir cómo es él en realidad.
Para Adler los problemas de la vida se clasifican en tres grupos: El de la vida en sí, el del trabajo y el del amor.
El problema cuerpo-alma: Para Adler la visión holística es la única posible pues durante toda la obra indica que lo que solemos llamar cuerpo tiene una tendencia a convertirse en una totalidad.
Así, Adler toma como base análoga a la célula, el átomo, y dice que éstos nunca están en reposo sino en constante movimiento ayudando a conformar otras partes, lo que haría inconcebible una tendencia hacia la quietud como Freud postula en su teoría del deseo de muerte (Tanatos). La superación para Adler es la ley de la vida. El complejo de superioridad se puede encontrar en el complejo de inferioridad como una contestación a éste.
Adler expone tres tipos de personas, las primeras que son dominadas por la esfera de pensar que se superpone a todas las formas de expresión, las segundas que son de tipo impulsivo o emocional y las terceras de tipo activo.
(La exposición de Adler semánticamente debería clasificarse en: personas de tipo Intelectual mentales, de tipo Emocional o Espiritual y de tipo Corporal, Físico o Materialista actos, según su propio análisis). Mientras que la criminalidad obedece al tipo activo (corporal), la neurosis parece estar emparentada con el tipo emocionalimpulsivo. El mundo ficticio de la persona mimada para Adler es de extrema importancia pues si éste no vence con su libre albedrío la situación de comodidad puede establecer ciertos problemas ulteriores.
Adler aclara que para la psicología del individuo es vital comprender que no hay otro camino para comprender a una persona que observar sus movimientos. Teniendo presente que el objeto del Alma humana es la superación, perfección, seguridad y superioridad. Así, el niño, cuando comienza a comandar su cuerpo y a comunicarse con su medio ambiente pasa a depender de su fuerza creadora y de su intuición. Por esto la Psicología del Individuo es en sí la psicología de la utilización y no de la posesión. La neurosis, en realidad, para Adler es una irritabilidad y debilidad frente a las excitaciones, que enferma las glándulas endocrinas teniendo consecuencias tales como infecciones dentales, nasales, genitales y debilitando el sistema nervioso, que puede tener como resultado una diátesis hormonal o úrica del trauma de nacimiento, del conflicto con el mundo circundante, con la religión, con la ética o entre el inconsciente malo y la conciencia dispuesta a transigir, o bien de representación de los impulsos sexuales, sádicos o criminales, etcétera.
Adler excluye por caprichosa la teoría de que la neurosis es un conflicto entre el consciente y el inconsciente. Los neuróticos son hipersensibles e irritables y esto se debe a su complejo de inferioridad. Cuando el niño es conectado con el mimo, o se instala en un sentimiento de descuido o abandono tanto real como imaginado, puede asumir una postura antagónica frente a la comunidad. El niño entonces hace uso de sus impresiones y sensaciones como impulsos dirigidos hacia una posición definitiva generando su ley de conducta individual siendo designado por Adler entonces como la actitud (Einstellung) o también conocido como la forma (Gestalt).
La neurosis también es expuesta más adelante como la utilización automática de síntomas producidos por la acción de unos shocks, sin que comprenda la enfermedad y se haga además cargo de ella.
La actitud del neurótico frente al psicólogo: En la primer presentación en el consultorio éste se demuestra tal como es, y espera encontrar en el psicólogo un desarrollado sentimiento de comunidad. Sin querer profundizar en el tema, las teorías expuestas por Adler son de gran valía aunque asuma una tendencia intelectual que refleja su dominio del campo de la voluntad de poderío que tan brillantemente demostró Jung cuando lo comparó con Freud.

Libro la LA FUNCIÓN DEL ORGASMO de W. Reich

Por Fernando Estévez Griego Ph. D.


El libro es comenzado por Reich con un dato importante que dice que durante sus estudios sobre sexualidad el tema sexual se abordaba como algo poco natural. Indica que en las primeras reuniones que asistió, la sexualidad se trataba como algo fantástico y extraño, pareciendo que no existía una sexualidad natural. Así observó que el inconsciente estaba repleto únicamente de impulsos perversos, según ciertos expositores.
Reich hace referencia a la negación del erotismo vaginal primario en la niña, teoría de la que eran partícipes varios psicoanalistas. Reich confiesa haber leído a Jung y Freud y que este último lo impresionó con su tratamiento de lo sexual, tanto como Bloch y Forel, pues estaba algo cansado de seguir las conferencias de un psicoanalista que no daba con el verdadero sentimiento que Reich tenía sobre el sexo.
Así Reich intuye la naturaleza no mecanicista del organismo hasta hacer nacer su teoría de unidad psicofísica que tuvo origen en Bergson, para terminar siendo una teoría psicosomática funcional. Reich descubre que es imposible negar que hay una fuerza creadora que gobierna la vida. Reich afirma una tendencia importante: todos tienen razón de alguna manera. Así, su búsqueda se basa entre las teorías mecanicistas y vitalistas y la supremacía del espíritu o del cuerpo. En su enfoque hace referencia a que todos, desde Forel y Jung hasta Freud hablaban de que la sexualidad se despierta, pero dónde estaba, e incluso sexualidad y procreación, parecían una sola cosa.
A partir de Freud, sexualidad y procreación son algo diferente y lo sexual no es lo genital. Pero luego critica la falta de técnica de Freud en desmedro de su inigualable capacidad para esbozar teorías. Haciendo referencia a que en la sociedad psicoanalítica siempre los demás médicos o psicoanalistas que eran mayores, le decía que siguiera analizando sin decirle técnicamente cómo. Reich percibe que existe una bioenergía y a la vez una laguna en la teoría sexual dentro de la psicología, la cual estaba dada por la teoría freudiana de que a la descarga sexual era lo único que nos guiaba al placer, a la que precedía una tensión que era displacentera.
Cuando, por ejemplo, en los preliminares sexuales no sólo existe una tensión sino a la vez una descarga de energía sexual. Así Reich llega a la siguiente conclusión: Un impuso ya no es algo que existe aquí y busca placer allí, sino el placer es motor en sí mismo. ¿Pero por qué repetir la experiencia? A lo que agrega: El impulso sexual no es nada más que el recuerdo motor del placer experimentado previamente.
Así abriendo el campo de la psicosomatología, Reich afirma que lo psíquico y lo somático son dos procesos paralelos en recíproca interacción a lo que llamó paralelismo psicofísico. Por aquella época no existía un concepto unitario de la interrelación funcional psicosomática. Desarrolla entonces un método de las relaciones entre la psique y el soma. Los estudios de Reich lo llevan a afirmar que la angustia y los síntomas neurovegetativos inmediatos son, por así decirlo, males que se nutren de la energía sexual no descargada.
Pero las neurosis e histerias parecen ser excrecencias malignas que se deben nutrir también de una fuente de energía, seguramente sexual. Así Reich observa que las emociones se originan en los instintos en la esfera somática. Luego la exposición de Reich se basa en que todo individuo que ha preservado un poco de naturalidad sabe que en un paciente neurótico lo que anda mal es que sólo padece una falta de satisfacción sexual plena y repetida, pues descubre que no había una sola mujer que no sufriera ausencia completa de orgasmo vaginal, mientras que en los hombres un 70% presentaba problemas de impotencia o similares.
Para esto Reich afirma que la potencia orgástica es la capacidad de abandonarse al fluir de la energía biológica sin ninguna inhibición. Esto dota al individuo de la capacidad de descargar completamente toda la excitación sexual contenida mediante contracciones placenteras involuntarias del cuerpo. Ningún individuo neurótico posee esta potencia orgástica y por eso está neurótico. Así, la cantidad del placer en el orgasmo depende de la tensión sexual acumulada en el genital. Afirma que la perturbación de la genitalidad es el síntoma de la neurosis.
Sobre la angustia, las investigaciones reichianas establecen que la sexualidad y la angustia representan dos direcciones opuestas de la excitación vegetativa. Evidentemente, la excitación que se expresa como placer en lo genital, se manifiesta como angustia si estimula el sistema cardiovascular. En sus investigaciones se hace notorio que la sobrecarga del sistema vasovegetativo por la energía sexual sin descargar es la causa de la angustia y de las neurosis.
Un análisis de Reich merece nuestra atención y es su afirmación basada en Barasch relativa a las estadísticas en relación con la duración de los matrimonios y la edad en que se inicia la vida genital, marcando una vinculación entre las exigencias de la abstinencia y las del matrimonio.
Cuanto más temprano se inicie un adolescente en las relaciones sexuales satisfactorias y en razón a diferentes objetos sexuales o individuos, tanto más difícil será para el mismo aceptar el concepto de una pareja para toda la vida. Por el contrario, si el adolescente mantiene la abstinencia sexual esto lo hace más sumiso y capaz de contraer matrimonio. Reich afirma que la felicidad sexual de la juventud en vías de maduración es un punto central de la prevención de la neurosis. Este placer y alegría de vivir no pueden experimentarse sin esgrimirse una lucha con consecuencias dolorosas.
Así, en un análisis social, Reich define el matrimonio, no como un fenómeno o asunto de amor o como una institución económica, sino como la forma en que los procesos económicos y sociales han encerrado las necesidades sexuales. Reich amplia el concepto sexual y su función en el matrimonio con una sentencia que quisiera analizar, dice: Todo matrimonio enferma debido a un conflicto siempre creciente entre las necesidades sexuales y las necesidades económicas. Esto se debe a que las necesidades sexuales no pueden satisfacerse con un único y mismo compañero, más que por un espacio limitado de tiempo.
La resignación de aceptar la monogamia y la represión de las necesidades e instintos sexuales exige fisiológicamente la inhibición de los impulsos vegetativos, produciendo mecanismos neuróticos. La contradicción económica y sexual, desde mi óptica, es en realidad la disociación de deseos de los instintos o impulsos sexuales y de poder. Cuando el compañero dentro del matrimonio deja de ser la fuente de nuestro placer sexual puede ser la fuente de nuestras satisfacciones del deseo o voluntad de poder, lo que me propongo demostrar más adelante en otra obra.
Durante toda la obra, W. Reich establece con claridad la hipocresía social que ronda el tema sexual. Pero me parece de extrema importancia definir cuáles son las causas reales desde la psicología social que establecen una represión sexual, que no permite la plena felicidad sexual de los individuos que aparentemente luchan consigo mismos. Estos factores son en la Psicología Individual, la contradicción momentánea SexoPoder y socialmente que los líderes o gobernantes tienen en claro que para aumentar el Poder es preciso minorizar el Sexo, con el fin de hacer a las masas más dóciles, lo cual genera campañas publicitarias contra la libre utilización de las energías psíquicas.

Libro TOTEM Y TABU de Sigmund Freud

Por Fernando Estévez Griego Ph. D.

Freud elaboró la teoría de que el ser humano viene al mundo con una herencia filogenética que llamó herencia arcaica. Esta herencia no sólo predispone a los individuos sino que tiene marcas de recuerdos vividos por nuestros ancestros. Para Freud cada individuo en forma ultra abreviada reproduce una repetición de los sucesos más importantes experimentados por la especie humana en sus comienzos. Con esto confirmó sus hallazgos en sus teorías del complejo de Edipo, castración, rivalidad fraterna, ambivalencia afectiva, etcétera.
Freud basará su teoría en tres puntos dignos de atención: la sociedad se establece sobre la responsabilidad de un crimen colectivo, la religión lo hace sobre la conciencia de culpabilidad y la moral sobre los intereses de la nueva sociedad y el perdón que exige la culpabilidad. Esto es explicable partiendo del concepto de horda primitiva y tabú de Freud. Para Freud las diversas sociedades humanas se habrían iniciado con una horda que era gobernada por un macho, que era a su vez el jefe y padre de la misma con características totalitarias y despóticas, el cual era el dueño de todas las mujeres y además gobernaba a todos los demás hombres.
Los hijos de este jefe patriarcal poseían sentimientos ambivalentes hacia el mismo en diferentes períodos de su relación filial, sintiendo odio y amor. De esta forma cuando el instinto sexual en los machos jóvenes de la horda y el deseo hacia las mujeres de las cuales el dueño era su propio padre, éstos, cuando sus impulsos hostiles coincidían con los sexuales mataban al padre para comerlo. Al producirse esto, y luego de apagados los impulsos hostiles contra el padre ya muerto, los impulsos cariñosos aparecían y nacía el sentimiento de culpa.
Esto dio origen al tabú totémico que prohibía matar y destruir el objeto totémico, así como la comida totémica. Cabe agregar que al morir el padre, los hermanos pasaban automáticamente a ser rivales en la posesión de las mujeres, generando el segundo tabú fundamental, que era prohibir la posesión de las mujeres del padre.
Para Freud este proceso se repite en el hombre actual de forma inconsciente y tiene un ejemplo muy claro en el hombre neurótico. (Esto confirmaría ciertas teorías del inconsciente colectivo de Jung). Aquí entonces se pueden apreciar los sentimientos ambivalentes hacia el padre y los deseos incestuosos así como las sensaciones de culpabilidad, elementos constitucionales de la generación edípica. Los tabúes de asesinato e incesto se reemplazan en la neurosis por la prohibición que se autoimponen los neuróticos obsesivos.
Como resumen, estos dos tabúes fundamentales se establecen en la necesidad de reprimir los impulsos hostiles e incestuosos que coinciden con la represión de los mismos impulsos en la neurosis contemporánea. Para vivir en sociedad, tanto en los pueblos primitivos como actualmente, es preciso reprimir estos impulsos. Freud afirma que los hombres están condicionados por una herencia ancestral que puede explicar las neurosis y manifestaciones sociales actuales. De esta forma, estudiando la neurosis actual, se podrían comprender las sociedades primitivas.
Lo realmente importante es que Freud ha demostrado teóricamente que los principios de la humanidad han dejado una marca atemporal y profunda en los seres humanos y en lo que podríamos llamar legado mental ancestral de la especie, el cual a mi modesto entender es trasmitido genéticamente. Si esta transmisión generacional es cierta, la sensación de culpabilidad que viajaría de generación en generación es la fuente de donde toda religión actuaría como procedimiento mágicoinconsciente para apaciguar dicha culpabilidad.
Por tal razón los sentimientos de culpabilidad no desaparecerán jamás en el desarrollo ulterior de las religiones.
El Cristianismo sería tan sólo un camino diferente para apaciguar esa sensación de culpabilidad. El mito cristianizado habla de un pecado original o falta innata inconsciente que representa al deseo hostil. Esta falta o pecado es un pecado en sí mismo contra el Dios Padre. Así, Cristo, como judío, debía sacrificarse por el asesinato del pueblo judío contra Moisés (Dios Padre) y según la ley del Talión, la culpa de asesinar al Padre Dios debe ser pagada con otro asesinato en este caso del Hijo para así ser redimido. Pero no sólo se busca la conciliación con el padre (tabú primario) sino que además se renuncia totalmente a la mujer, que era la causa de la rebelión del hijo contra el padre (Castidad y Mo-nacato).
Pero aquí también se manifiesta la ambivalencia y hasta la contradicción.
Este sacrificio del Hijo, dejándose matar y renunciando a la mujer, a su vez significa que el hijo se convierte en Dios (Dios Hijo). Así, la religión judía patriarcal es suplantada por esta segunda religión. Pero igual se resucita la comida totémica (comunión), en la cual los hermanos comen la sangre y la carne de Dios para identificarse con él.
Freud teoriza en los siguientes puntos de contacto entre los tabú de los pueblos primitivos y las neurosis obsesivas:
1) Los tabú y las prohibiciones obsesivas no tienen motivación aparente pero cuando surgen el individuo las percibe por medio de la angustia que lo coerciona. 2) Existe una fuerza de desplazamiento y contagio. 3) Existe una causa de ceremonias, actos que son producto de prohibiciones. 5) Hay un estado ambivalente afectivo. 6) Transgredir el tabú causa culpabilidad o remordimiento, lo que establece una manifestación de una moral arcaica. Romper el tabú o ceremonial obsesivo genera culpabilidad. La conciencia Tabú y Moral nacen de la ambivalencia afectiva. El tabú es un producto de la conciencia moral.
El Totemismo y la Religión: para Freud la religión totémica nació como consecuencia de la necesidad de los hijos de apaciguar los sentimientos de culpabilidad de los hijos asesinos para conciliarse con el padre por medio de una obediencia retrospectiva. Según Freud, sus investigaciones psicoanalíticas comprueban que el ser humano concibe a Dios a la propia imagen y semejanza de su padre carnal. Esta relación de individuopadre es la misma que abriga el individuo con Dios. Dios es objeto de sublimación del padre. A casi todo dios se le consagra un animal totémico, o se lo representa con éste, y Dios al final representa al animal totémico que genera el sentimiento religioso.
Así el Tótem es la primera substitución del Padre, y luego Dios es la segunda substitución o posterior. Existe una clasificación freudiana de las diferentes teorías del totemismo, en nominalistas, sociológicas y psicológicas. Pero el mismo Freud establece un camino totalmente diferente en este trabajo a partir del Psicoanálisis que intenta interpretar los orígenes de la humanidad proyectándose sobre la misma antropología.

Libro LO INCONSCIENTE de Carl Gustav Jung

Por Fernando Estévez Griego


Jung afirma que la psicología había pasado por una época escolástico-filosófica y que esta psicología filosófica decidía ex cátedra cómo el Alma estaba condicionada y las propiedades de ésta. Por suerte, afirma Jung, la investigación moderna ha tirado abajo estas fantasías desde los aportes de la Psicología experimental o Psicofisiología (psicofísica) de Fechner, el cual fue complementado por Wundt. Así, el primer trabajo serio sobre psicología práctica lo realizaron los psiquiatras de Heidelberg, Kraepelin y Ashcaffengurg. Para Jung, este proceso siguió cuando los médicos neurólogos se dieron cuenta que debían tener conocimientos psicológicos.
La psicología experimental, según Jung, trata de aislar los procesos sencillos y elementales que están en la frontera del fisiólogo. Pero al no acoger la variabilidad de la vida individual espiritual sus conocimientos y datos son detalles que carecen de cohesión armónica. Por esta razón plantea el mismo que quien quiera conocer el alma humana no podrá aprender nada de la psicología experimental. Así existía una división profunda entre lo que vivía la gente y lo que se investigaba, pero la Psicología sufrió una revolución con la Psicología moderna de Sigmund Freud. Breuler propuso el término Psicología profunda. Dice Jung que cuando Freud planteó su interpretación de sueños muchos rieron, pero cuando expuso su teoría sexual, esa risa se trocó en cólera.
Sobre la teoría sexual, el enfoque comienza por un análisis importante de que la civilización con sus obligaciones deja poco espacio para que los seres humanos descarguen sus energías afectivas. Así se establece posteriormente que la neurosis, según Freud, son un conflicto de significación sexual, donde existe un conflicto entre la tendencia consciente y el deseo inconsciente, que es inmoral e incompatible. Esto significa que el enfermo reprime sus deseos sexuales.
Pero como un aporte invalorable Jung agrega a la teoría sexual la voluntad de poderío (deseo de poder-instinto de poderío). Según Jung, y basándose en Nietzsche, es evidente que Freud plantea que existe un instinto de conservación de especie (instinto sexual) y otro de conservación propia (instinto del yo), al cual llama voluntad de poderío. Así se hace evidente que fue un discípulo de Freud, Adler, quien estableció el lazo de la neurosis en la voluntad de poderío. La incompatibilidad de estas teorías freudianas y adlerianas hace que Jung trate de tomar un camino por el cual pueda conformar con estas una unidad.
De esta forma, y tras un análisis pormenorizado, Jung decide afirmar que la neurosis tiene dos posibilidades de foco: Sexual y de Poderío. Analizando a Freud y Adler, Jung dice que los dos han descubierto lo que atañe a unos casos y otros basándose en su propia idiosincrasia. Y en que representan a dos tipos de temperamentos: el introvertido y el extrovertido. Jung descubre no sólo que las dos teorías son verdaderas y aplicables sino que además existen dos tipos psicológicos opuestos de seres humanos, algo que ya ese gran pragmático de William James había denominado como tender minded y tough minded, algo que también analizó Ostwad.
Sin embargo, parece ser que lo que es valioso para un tipo no lo es para otro, pues sus fines parecen diferentes. A este fenómeno Jung lo llama principio de oposición. Pero Jung afirma algo totalmente diferente a Freud, define la libido como la energía psíquica, algo que Freud luego se negará a aceptar.
De todas formas quiero rescatar, sobre el trabajo de Jung, un aporte de real importancia y éste es la ley de enantiodromía o de contracorriente, que Heráclito llamó la ley psicológica de función reguladora de los contrastes.
Un caso frecuente en el hombre de negocios norteamericano que viaja hacia el asolamiento irracional de la propia civilización. El hombre, dice Jung, no es, no será ni puede ser racional y no se debe extirpar lo irracional que hay en él. Dice Jung: Todo lo humano es relativo, porque descansa en oposición interna, puesto que todo es un fenómeno energético. Método sincrético o constructivo, Jung establece que el inconsciente un deslizamiento que se llama técnicamente función trascendente que está basado en datos reales e imaginarios o racionales e irracionales.
El inconsciente colectivo, por ejemplo, puede ser descubierto mediante un tratamiento sintético y no acasual-reductivo. Así Jung eleva al grado subjetivo las relaciones inconscientes que eran concebidas hasta entonces como de grado objetivo. Otro punto que será necesario resaltar es que Jung dice que su investigación lo llevó a establecer que lo irracional es una función psicológica necesaria que está siempre presente. Pero que los contenidos irracionales no se tienen que tomar como realidades concretas sino que son realidades psicológicas, y son realidades porque son activas o, en palabras de Jun, efectividades.
Entonces lo inconsciente colectivo es el sedimento de la experiencia universal de todos los tiempos, que ha generado imágenes inconscientes que determinan ciertas líneas llamadas dominantes. Estos dominantes son potestades, dioses, imágenes, etcétera. Quisiera aquí detenerme en una corrección semántica de vital importancia. La realidad es siempre concreta y física, por lo cual necesariamente al referirse a lo mental Jung debería utilizar el término verdades psicológicas, las cuales por ser activas son mentales pero no reales. Las efectividades jungianas son verdades mentales, desde mi óptica.
Por último, el concepto de lo inconsciente jungiano establece que lo inconsciente no es inofensivo, y que éste no siempre es peligroso en todas las personas. Pero en la neurosis se determina que en lo inconsciente hay algo lleno de energía que está ejerciendo una presión lista para explotar por lo cual hay que andar con cautela. Muchos médicos, psicólogos y educadores tienen una compensación artificial de una psicosis latente. Incluso se interesan en la psicología y psiquiatría como las mariposas por la luz.
Bajo el análisis el inconsciente aflora y esta compensación se destruye apareciendo las fantasías reprimidas. En todo caso Jung plantea que ordinariamente el inconsciente es desfavorable o peligroso porque estamos en desacuerdo con él y por esto en oposición a nuestros instintos. (Los instintos son los arquetipos jungianos). Pero cabe preguntarse si nuestros instintos no son tan sólo la utilización de la voluntad de poderío que reprime los instintos sexuales). Una voluntad que se expresa constantemente en la necesidad no sólo de enriquecerse, sino también en la de escribir o investigar, en la de saber, que es altamente cultivada precisamente por Freud, Adler y también por Jung.
No obstante, Jung plantea que la función trascendente permite el cese de las discordias y así puede gozar de lo inconsciente. Jung no alcanza en todo el libro a explicar porqué lo inconsciente puede ser peligroso desde la óptica mental global o psíquica, sino que toma partido por las otras funciones mentales sin esgrimir con acierto la utilidad práctica. Considero que Freud tiene razón al negarse a aceptar que la libido es la fuerza energética psíquica, lo cual no sólo sería inexacto sino que habría que ponerle otro nombre pues la libido debe ser semánticamente la nominación del instinto sexual.

libro TRES ENSAYOS SOBRE LA TEORÍA SEXUAL de Sigmund Freud

Por Dr. Fernando Estévez Griego


Las necesidades sexuales del ser humano, así como las del animal, suponen la biología de un instinto sexual, de la misma forma que para explicar el hambre, se hace evidente que debe existir un instinto de nutrición. Por carecer antiguamente el lenguaje de un vocablo para nombrar el hambre sexual, Freud en tal sentido utiliza el término libido. Así, técnicamente, en su análisis sobre la teoría sexual establece que la persona de la cual parte la atracción sexual se la denomina objeto sexual, y el acto hacia el cual impulsa el instinto lo apoda fin sexual.
Freud advierte que tanto en el objeto como en el fin existen múltiples desviaciones.
La inversión, conducta de los invertidos u homosexuales.
a) Invertidos absolutos: aquellos para los que necesariamente el objeto sexual tiene que ser del mismo sexo, los cuales sienten repulsión o indiferencia total ante individuos del otro sexo.
b) Invertidos anfígenos: que pueden clasificarse como hermafroditas psicosexuales, aquellos cuyo objeto sexual puede ser indiferentemente de uno u otro sexo.
c) Invertidos ocasionales: aquellos que por determinadas circunstancias exteriores o en ausencia de individuos de otro sexo pueden adoptar ocasionalmente como objeto sexual a una persona del mismo sexo.
Ante estas actitudes sexuales, existen psicológicamente dos posiciones: una, la que el individuo homosexual encuentra su inversión tan natural como el ser humano heterosexual encuentra sus relaciones. Mientras que otros no aceptan sus tendencias y la consideran una obsesión morbosa. Luego de estudiar y explicar diferentes tipos de sexualidad que aparecen como evidentes, Freud introduce el estudio de la sustitución inapropiada del objeto sexual por medio del fetichismo.
El sustitutivo del objeto sexual puede ser el cabello o los pies así como una prenda íntima u otro objeto asociado a éste, este fetiche es comparado con el fetiche que el salvaje encarna a su Dios. Dentro del estudio de las perversiones, en las cuales el fin sexual puede vencer las resistencias lógicas de cada ser humano, Freud estudia como patológica la coprofagía, o sea la realización del coito con cadáveres. El psicoanálisis en su estudio del instinto sexual en los neuróticos o psiconeuróticos, que serían aquellos que presentan histeria, neurosis obsesiva, neurastenia, demencia precoz y la paranoia, se debería guiar para Freud por el método catártico que utilizó en 1893 con J. Breuer.
Así, por ejemplo, entre los resultados presentados en este libro, se encuentran los logros donde el psicoanálisis permite eliminar los síntomas de la histeria que se producen por la represión sexual exagerada y las resistencias amplificadas contra el instinto sexual, que nos es conocido como pudor o moral.
Neurosis y Perversión: La neurosis es el negativo de la perversión. En un análisis de la histeria masculina se apunta como regla que existe una tendencia inconsciente a la inversión, así como otros elementos propios de otros tipos de psiconeurosis, hasta desembocar en el estudio de los instintos parciales y zonas erógenas.
En esta caso Freud establece una división técnica entre instinto y estímulo, al punto de afirmar que por instinto comprendemos la representación psíquica de una fuente de excitación, la cual sería intrasomática, mientras que el estímulo sería de orden somático y perteneciente al mundo exterior. Así, el instinto se convierte en un concepto límite entre la psiquis y el soma. Y lo que los hace diferentes unos de otros son fuentes somáticas y sus fines. Estas palabras de Freud me han llevado a investigar durante años las fuentes en relación a la profundización en el campo de la Psicología Somática.
Freud establece claramente que la fuente del instinto es un proceso excitante en un órgano y su fin más próximo está en hacer cesar la excitación de dicho órgano. Esto establece que existen de hecho energías concentradas debido a la actividad o inactividad de cada órgano que podríamos catalogar de centros de concentración energética corporal. Así, siguiendo la teoría freudiana, tendríamos dos tipos de excitaciones: las propiamente sexuales y las parciales emanadas de éstas.
Otra parte del libro se dirige a la sexualidad infantil. Partiendo de la base de que la sexualidad comienza a partir de poco tiempo después del nacimiento de cada ser humano, Freud hace un análisis que sigue su camino partiendo de la amnesia infantil, o el fenómeno por el cual todo ser humano, salvo excepciones, recuerda su vida sexual a partir del séptimo u octavo año de vida. Para Freud, quien descubra la verdadera causa de la amnesia infantil podrá solucionar los casos de amnesia histérica que tiene como origen la represión.
Los instintos sexuales infantiles serían desviados de sus fines recibiendo el nombre término en este proceso de sublimación. En lo particular pienso que, como sugiere Freud, los impulsos sexuales infantiles no pueden llegar a sus fines, pues no están aún claramente delimitados y la relación psicosomática no está armonizada, al no estar madura la faz reproductora o los órganos sexuales del niño. Motivo éste que, en opinión de Freud, dejaría dichas energías como inaprovechables. Freud plantea que existe una suerte de diques culturales, a los que habría que sumarle la falta de experiencia en la infancia donde el Yo no puede comparar y valorar todos los estímulos del exterior.
Otro dato importante que traen estos ensayos es el instinto de saber durante la niñez cuando entre los tres a cinco años se genera un deseo de aprender. La metamorfosis de la pubertad es un capítulo de suma importancia, pues el instinto sexual, hasta entonces autoerótico, comienza a encontrar su objeto sexual gracias al pleno desarrollo o maduración de los órganos sexuales. Ya el fin no es solamente el placer sino, por ejemplo en el caso del hombre, la descarga de sus productos sexuales y dicho instinto está al servicio de la función reproductora.
Tipos libidinales. En psicología profunda existen tres: erótico, obsesivo y narcisista.
El tipo erótico tiene su interés principal concentrado en la vida amorosa. Amar es fundamental pero lo más importante es ser amado.
El tipo obsesivo tiene como característica la predominancia del Superyo, esto hace que más que temer la pérdida del amor, exista en ellos una angustia, y mantienen una tensión entre el Superyo y el yo. Teniendo un grado elevado de autonomía.
El tipo narcisista no tiene predominio de necesidades eróticas, sino que le interesa de sobremanera la autoconser-vación, apareciendo como independientes, y prefieren amar a ser amadas.
Estos tipos lejos de ser puros generan tipos mixtos, tales como obsesivoerótico, narcisista erótico, narcisista obsesivo.
Freud dice, a modo de broma, que se le podrá decir porqué no incluyó un grupo obsesivo narcisista erótico, y él mismo contesta que es evidente que este posible grupo no sería grupo alguno sino la norma absoluta o armonía ideal.

libro FREUD Y LA GENÉTICA de Dr. Herman Bleiweiss

Por Fernando Estevez Griego Ph.

El doctor Herman Bleiweiss estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires, se especializó en psiquiatría y es miembro de la Academia de Ciencias de New York y del American College of Medical Genetics. Su aporte más importante lo ha efectuado como director del Centro de Psiquiatría Genética de Buenos Aires y como director de investigaciones psiquiátricas y del laboratorio de genética humana del Falkirk Hospital de Nueva York. Su experiencia lo ha llevado a escribir este libro convencido de que la genética es hoy en día la ciencia más apasionante que tenga a su alcance el ser humano. En este trabajo Bleiweiss afirma que Freud se adelantó a su tiempo y predijo varias cosas que son aceptadas como verdad en la genética.
Ya Charcot afirmó que la herencia era la única causa de la histeria y los factores etiológicos en realidad desempeñaban un papel de agentes provocateurs o sea, agentes provocadores. Freud estableció que se puede comprender cómo es que el método que él plantea actúa curativamente, pues aplicando el mismo se verifica un importante progreso, pero la histeria no es curada por ser una disposición. Freud es aún más terminante y dice que la neurosis de angustia no permite descubrir un proceso etiológico, lo que determina que existe una grave tara hereditaria. Para Freud existían las neuropatías adquiridas y las hereditarias. Pero parecía importante evaluar el factor psicosomático. El esquema de la etiología de la neurosis de angustia es... Condición herencia, causa específica, un factor sexual que actúa en el sentido de desviar de los psíquico a la tensión sexual.
Causas auxiliares, todas las influencias nocivas recibidas de la emoción, agotamiento, estrés, etcétera. Pero la disposición hereditaria es la condición más importante de la neurosis de angustia.
En el capítulo IX de “Vida sexual y neurosis”, Freud dice que en la psiconeurosis es determinante la influencia hereditaria y no tan clara la causación. Freud plantea un tema interesante y es que el psicoanálisis puede seguir una ruta hacia la investigación orgánica.
Así, se pregunta si la represión de los instintos sexuales parciales sólo impuestos por los factores de la vida son la única fuente de represión o, por el contrario, preexisten circunstancias constitucionales que lleven a los órganos a exagerar su papel erógeno y que por tal motivo provoquen la represión de los instintos. Para Freud nuestras disposiciones son inhibiciones de la evolución de las neurosis obsesivas, por ejemplo. Los instintos, y no los estímulos externos, son los factores o motores reales del progreso que establecido el desarrollo del sistema nervioso. Para conseguir sus fines, Freud dice que el hecho de que el instinto nazca de fuentes somáticas no significa que lo conozcamos en ese plano existencial sino que por el contrario se nos revela en la vida anímica por sus fines.
Incluso se puede hablar de una herencia arcaica pasada de generación a generación. En tal sentido Freud tomó de Breuler el concepto de ambivalencia, con respecto a sentimientos contrarios dirigidos a un objeto, por ejemplo amor y odio. Y aunque la ambivalencia es un síntoma de la esquizofrenia, también podemos hablar de ambivalencia normal. El instinto de contemplación es para Freud autoerótico en su primera fase, teniendo como objeto el mismo cuerpo. Y sólo con el transcurso del tiempo cambia el individuo este objeto por otro análogo y ajeno.
Cuando hablamos de instinto no nos referimos al concepto de pulsión. El instinto es un esquema de comportamiento heredado, propio de una especia animal, que varía poco uno u otro individuo, y se desarrolla según una secuencia temporal poco proclive al cambio y que responde a la finalidad hacia la cual se dirige. Desde la contemplación hacia el narcisismo. Los instintos autoeróticos son primordiales en el narcisismo, pero para conformar el narcisismo debe haber otro acto mental. Para esto es preciso comprender que un individuo tiene una doble existencia que va contra su voluntad (Esto significa contra sus instintos de poder).
Es evidente que el individuo coloca todas sus funciones al servicio de la reproducción a cambio de un poco de placer. Pero, ¿cómo se puede explicar la ligazón entre el instinto y la obsesión de repetición? Un instinto sería una tendencia propia de lo orgánico vivo a la reconstrucción de un estado anterior, que lo animado tuvo que abandonar por fuerzas exteriores. Cuando Freud se percata de que un individuo integrado en un grupo reacciona diferente del individuo aislado, nos da las pautas de lo que estudiamos en psicología moderna, respecto de que no sólo la vida orgánica sino la inteligencia, desempeñan en los fenómenos inconscientes un papel importante.
Nuestros actos conscientes se evidencia y son originarios del substratrum inconsciente, que está formado en su mayor parte por las influencias hereditarias. Con sus inagotables residuos ancestrales, que son el inconsciente arcaico de la especie. Trotter, citado por Freud, dice que los fenómenos psíquicos de las multitudes son producto de instinto gregario, innato en las especies humanas, que biológicamente cumple la función de una extensión policelular, por la cual un organismo se halla unido de alguna forma, o está en contacto con los demás de su especie.
Lo que sería desde la concepción de la libido, una nueva tendencia para que los seres humanos semejantes se integren en unidades más amplias como las grandes ciudades. En cierta manera el individuo se siente incompleto cuando está solo. Analizando el Yo y el Ello podemos descubrir que la percepción es al Yo lo que el instinto al Ello. El yo representa la razón y el Ello las pasiones. Freud afirma que los dos principios de la vida psíquica son el principio de la realidad y el de placer.
Pero en Tótem y Tabú afirma una genialidad, desde el punto de vista genético: la naturaleza social de la neurosis se deriva de la tendencia original de huir de la realidad, que no nos ofrece satisfacciones (placer), para refugiarse en un mundi imaginario lleno de promesas. El neurótico se escapa del mundo real, no compartiendo las instituciones creadas por la sociedad y el trabajo colectivo y negando así la realidad. Si los procesos psíquicos de una generación de seres humanos no siguieran desarrollándose con la siguiente; cada generación debería recomenzar su aprendizaje de vida.
Existe entonces una continuidad psíquica dentro de este proceso existencial. En su trabajo de los actos obsesivos y las prácticas religiosas, Freud dice que la renuncia a los instintos constitucionales que en actividad dotarían al Yo de un placer primario es el fundamento del desarrollo de la civilización (a causa de la voluntad de poder). La represión es aportada por las religiones, haciendo que el ser humano sacrifique a los dioses el placer de sus propios instintos. Este sacrificio sólo potencia la voluntad de poder. Freud termina afirmando que existe un programa (como el de una computadora), que es regido por el principio de placer.

Libro EL YO Y EL ELLO de Sigmund Freud

Por Dr. Fernando Estevez Griego


La Conciencia y lo Inconsciente
Una de las premisas fundamentales del psicoanálisis planteadas por Freud en este libro es la diferenciación de lo psíquico consciente e inconsciente. Lo innovador, psicológica y filosóficamente hablando, de lo expuesto por Freud en su afirmación (para la época), es que el psicoanálisis no ve en la Conciencia la base o esencia de lo psíquico, sino que por el contrario sostiene que la Conciencia es una cualidad de lo psíquico que puede formar parte o sumarse a otras cualidades o bien incluso puede estar totalmente ausente.
Freud argumenta coherentemente que lo consciente representa la percepción inmediata y segura (de la realidad) pero que la experiencia de todo ser humano demuestra que una percepción cualquiera no es conscientemente permanente o duradera. Con esto demuestra Freud la innegable transitoriedad de la Conciencia. Así, las representaciones conscientes se suceden unas tras otras y esta sustitución hace que se produzcan intervalos temporales en los cuales ignoramos una representación consciente canjeándola por otra. Esto quiere decir que hay representaciones conscientes en un estado latente, las cuales son capaces de conciencia, o se que potencialmente existen en alguna parte. Por consiguiente al estar la-tentes, no son en sí mismas conscientes y pasan a ser psíquicamente inconscientes.
En sus primeros planteos Freud hace equivaler inconsciente latente y capaz de conciencia, como sinónimos. Por otra parte Freud establece su dinámica psíquica, por la cual expone que existen procesos o representaciones anímicas que son en sí grandes vectores energéticos, que sin llegar a ser conscientes generan consecuencias sobre la vida anímica de todo ser humano. Para Freud algunos de estos procesos y representaciones no llegan a ser conscientes, pues a estos se oponen algunas energías. Precisamente la técnica psicoanalítica que él pregona es suprimir esta energía de bloqueo para hacer a la supuesta representación latente, de ese modo consciente.
Lo que particularmente pienso podríamos catalogar como un intento de amplificación de la conciencia. Cuando estas representaciones no afloran hacia la conciencia llamamos técnicamente a las mismas represiones. De esta forma el punto de partida de la escuela freudiana “Psicoanalítica” con respecto a lo Inconsciente es la Teoría de la Represión, que aparece como prototipo de lo inconsciente. Freud establece entonces dos tipos de inconsciente: aquel conocido como inconsciente latente, el cual es capaz de conciencia y lo inconsciente reprimido, incapaz de la misma. Al inconsciente latente, Freud lo denomina Pre-conciente, reservando el nombre de Inconsciente para lo reprimido. Más adelante Freud establece que el Yo es la organización coherente de los procesos psíquicos de un individuo.
El Yo freudiano es concebido como una organización que agrupa la conciencia, las vías de motilidad, las percepciones exteriores, y ejerce censura onírica en los sueños nocturnos. Este Yo no puede según la experiencia de Freud acercarse a lo reprimido, y en consecuencia ofrece una resistencia. Este esquema de las resistencias será de suma utilidad para la escuela analítica. La resistencia es la fuerza que impide al Yo acercarse a la represión. Por consiguiente el Yo tiene algo o se conecta de alguna forma con lo Incons-ciente.
El yo coherente se disociaría de lo reprimido. De esta forma Freud plantea que todo lo Inconsciente es reprimido pero que todo lo reprimido no es inconsciente. La conformación del Yo freudiano establece que las percepciones procedentes del exterior (sensoriales) y aquellas provenientes del interior, que clasifica en sensaciones y sentimientos sean consideradas como conscientes.
Pero más adelante Freud establece, para mí acertadamente, que la relación del Yo con la percepción exterior es evidente y no así la interior. En mi modesta opinión pienso que evidentemente los sentimientos tienen un origen inconsciente, que en ocasiones son reprimidos y que no son conscientes, y que el ser humano es anímicamente guiado por sus sentimientos no abandonando jamás su carácter de ser pasional.
Esto es confirmado en el análisis posterior de Freud, el cual establece con total claridad que el Yo busca sustituir el principio de placer del Ello por el principio de realidad del Yo. Así, dice que la percepción es para el Yo lo que el instinto es para el Ello. El Yo levantaría el estandarte de la razón y la reflexión mientras que el Ello levantaría contrariamente el de las pasiones.
Freud representa al Yo como un jinete que tiene en ocasiones que dejarse llevar por la cabalgadura. Freud plantea además una diferenciación dentro del mismo Yo a la cual denomina Superyo o ideal del yo. Este ideal del Yo o Superyo es el heredero del Complejo de Edipo. De forma tal que el Superyo es el abogado del Ello o mundo interior y en consecuencia se opone al Yo que representa la conexión con el mundo real. Freud dice al respecto que los conflictos entre el Yo y el ideal del Yo (Super-yo), son sólo el reflejo de la antítesis de lo real y lo psíquico, del mundo exterior y del interior.
En mi modesta concepción, y comparando esta extraordinaria visión con la de Asanga, pienso que semánticamente se podría sostener que existe una diferencia entre lo Real y la Realidad, que está representada por el mundo físico o material externo a todo individuo, y la Verdad psíquica que éste capta internamente. Esto me parece evidente cuando analizamos por ejemplo un sueño que existencialmente es verdadero y que psíquicamente ha existido, pero que no fue real, porque careció precisamente de actos materiales. Esta diferenciación que sugiero, me parece esencial para comprender cualquier proceso Mental.
Lo psíquico aquí planteado por Freud hace referencia a lo Mental en cuanto a verdadero pero no siempre real. Dejando este punto de lado es evidente que el planteo freudiano del ideal del Yo (Superyo) sugiere que tanto la religión, como la moral, son el producto de una sustitución de la aspiración hacia el padre, que es el punto matriz del cual han partido todas las religiones. Posteriormente el individuo ejecuta una transferencia a los maestros que ejercen la autoridad estableciendo mandatos y prohibiciones que establecen una censura moral.
En este libro sobre los escritos de Freud se aprecia otro concepto interesante y profundo que es la teoría de que existen dos clases de instintos: el instinto sexual o el Eros al cual está opuesto biológicamente el instinto de muerte. Mientras el instinto sexual trata de proliferar lo animado, el instinto de muerte, por el contrario, tiene como misión transformar lo animado en inanimado. La vida entonces es una guerra, un combate entre ambas tendencias. Fisiológicamente y en relación con estos instintos es evidente que los mismos estarían subordinados a los procesos de creación y destrucción.
Esto es confirmado posteriormente por la ambivalencia planteada por Freud respecto a que los instintos sexuales y de muerte pueden ser sustituidos por la polarización del amor y el odio, de esta forma el instinto de muerte estaría representado por el instinto de destrucción que según Freud encuentra en el odio su camino. Pero es evidente que el amor y el odio son compañeros de ruta cuando el punto de referencia es el principio de placer. Toda persona puede odiar al objeto amado que potencialmente alberga ese principio y que materialmente impide el mismo agrediendo de esta forma nuestro Ello, que ve insatisfechos sus instintos.
En mi opinión, concibo el Amor y el Odio como fuerzas que establecen un magnetismo sentimental hacia un individuo u objeto, en ambos casos el magnetismo es real, siendo en un caso positivo y en otro negativo, respecto a sus cargas afec-tivas y en relación misma al instinto sexual o al principio del placer.

Libro MOISÉS Y LA RELIGIÓN MONOTEÍSTA de Sigmund Freud

Por Fernando Estévez Griego Ph. D.

El hombre Moisés, que para el pueblo judío fue libertador, legislador y fundador de su religión, afirma Freud, pertenece a épocas tan lejanas que no es posible para nadie descifrar si existió históricamente o fue en realidad una leyenda. Lo primero en analizar es el nombre de Moisés que en hebreo se dice Mosche. En los libros del Éxodo se verifica que una princesa egipcia lo encontró y lo sacó del Río Nilo y que etimológicamente Moisés significaría “Lo saqué de las aguas”. Para Freud esta explicación es insuficiente. En realidad Mose en egipcio significa niño, y en consecuencia sólo se le habría llamado como apodo “niño”. Así, es de suponer también que tal vez Moisés fuera egipcio y no ciertamente judío.
A Freud le extraña que nadie lo haya planteado, pero sin lugar a dudas a muchas personas les parecería descabellado ir contra las tradiciones bíblicas. A partir de este planteo Freud comienza a introducirnos en el trabajo de Otto Rank titulado “El mito del nacimiento del héroe”. En este libro se plantea que casi todos los pueblos civilizados de importancia (para mí todos), ensalzaron con leyendas poéticas y mitos a sus héroes, reyes, príncipes legendarios, a los fundadores de sus religiones, dinastías, imperios y ciudades y a sus héroes nacionales, hablando de las historias de sus nacimientos y juventudes a las cuales adornan casi barrocamente de rasgos fantásticos que a veces son idénticos entre una cultura y otra casi textualmente, incluso en pueblos distanciados geográfica y temporalmente, lo que ha llamado la atención de los investigadores científicos. Según Rank, se puede ofrecer un método de leyenda tipo que sigue ciertos lineamientos generales: El héroe o Profeta, es hijo de ilustrísimos padres casi siempre reyes o príncipes. A su nacimiento lo preceden serias dificultades, durante el embarazo hay un sueño o un oráculo, etcétera. Así, a partir de Sargón de Agade (Babilonia), Rank establece un buen número de héroes donde se verifican diferentes hipótesis.
La versión de Moisés, por ejemplo, lo lógico es pensar que existe una familia pobre que sería la verdadera y una familia ficticia de utilidad para el mito que sería la rica o de origen real que serviría a los propósitos del mito que intenta llevar a cabo un fin determinado. Pero en el caso de Moisés la familia que lo abandona es la ficticia y la familia que lo cría es la verdadera. Si esto es así Moisés es un egipcio noble que la leyenda convierte en judío. Más allá de discutir sobre la posibilidad de si es o no es Moisés Judío o egipcio, lo interesante de esta postura de Freud es su explicación de las religiones monoteístas. Teniendo en cuenta que Moisés fue el conductor político, legislador y educador del pueblo judío en Egipto y que impulsó a dicho pueblo el nuevo culto o nueva religión, llamada mosaica en honor a su fundador, debemos deducir que esa religión debía ser la egipcia. Pero la religión monoteísta judía, de gran rigidez, es antagónica a la egipcia.
La primera carece de imágenes y las prohíbe mientras que la segunda es proclive a la idolatría y al politeísmo religional. La religión egipcia propone una vida después de la muerte y nombra a Osiris señor de la vida futura, mientras que la religión judía no habla del más allá, o de la inmortalidad. Por lo tanto, la religión dada a los judíos por Moisés (en cuanto al mismo) como egipcio, evidentemente no es ni puede considerarse como la religión egipcia. Pero hay un hecho histórico importante en Egipto y este hecho es que en la dinastía XVIII, cuando en el año 1375 A.C. este país fue potencia mundial, un joven faraón llamado Amenhotep quiso imponer en Egipto una nueva religión monoteísta que contrariaba todas las tradiciones religiosas milenarias de Egipto. Este faraón reinó sólo 17 años. Estudiando a Amenhotep podemos ver que éste cambio su nombre por el Ikhnaton y que mandó borrar todo nombre de dioses y perseguir a los practicantes de todas las religiones o sectas. Ahora, si Moisés era egipcio y transmitió a los judíos la propia religión egipcia, éste transmitió la religión de Aton pregonada por Ikhnaton.
Comparando la religión judía con la Aton vemos coincidencias pero nos debemos detener en el hecho de la circuncisión que Moisés estableció para los judíos. Freud demuestra innegablemente que la costumbre de la circuncisión proviene de los egipcios. Herodoto, el padre de la historia, se refiere a la costumbre de la circuncisión en Egipto, lo que ha sido confirmado por los exámenes en momias. Sólo los egipcios eran circuncisos, pues no lo eran los semitas, los babilonios ni los sumerios. Ahora, si Moisés le otorgó al pueblo judío una nueva religión y la circuncisión que resulta tan penosa y desagradable, es precisamente porque Moisés es egipcio.
Para Freud, Moisés era un seguidor del nuevo culto egipcio y un hombre cercano al faraón Ikhnaton y entonces una vez que aquel falleció y la nueva religión fue derrotada, Moisés diseñó la estrategia para conservarla y diseñar un nuevo imperio ante la caída de Egipto y los años que venían de anarquía. Por lo que seguramente Moisés, con algún cargo alto correspondiente a su rango de noble, pudo hacer un éxodo que además se debió realizar pacíficamente.
Más adelante Freud plantea una hipótesis sobre la creación del cristianismo tomando como punto de partida a un agitador político-religioso con el pretexto de separar la nueva religión cristiana de la judía, tarea que llevó a cabo un judío romano, Pablo (Saulo de Traso). Basándose en que el judaísmo es la restauración del protopadre y su Dios una deidad que reemplaza a la figura del Padre, la nueva religión quiere cortar con el Padre y para evitar el parricidio, su hijo, el hijo de Dios (Cristo) se deja matar en nombre de todos los humanos y cargan así con las culpas de todos los nuevos creyentes.
Era necesario que Cristo fuera hijo pues debía expiar el asesinato de un Padre. Inconscientemente se ve que es evidente que una persona inocente lógicamente no cargaría con la culpabilidad de otros en un homicidio. Si históricamente existió o no un cabecilla que intentó destruir la figura paterna de Dios, poco importa a los fines de que de cualquier forma Cristo pasó a ser la fantasía desiderativa jamás realizada. El Dios severo, cruel y castigador del antiguo testamento es suplantado por la figura compasiva de Cristo, con el fin primario de obtener un acercamiento y una reconciliación, pero los avatares históricos desembocaron en e pleno derrocamiento y eliminación de la figura del PadreDios.
Mientras que el judaísmo fue la religión del Padre, el cristianismo se convierte en la religión del Hijo. Así, el PadreDios pasa a un segundo plano con respecto a Cristo. De la misma forma que Moisés como continuador, reformó y destruyó la antigua religión egipcia. Pablo, como continuador, reformó y se convirtió en el destructor del judaísmo. El cristianismo renuncia a al figura de pueblo elegido de Dios, abandonando la circuncisión, para proseguir hacia un camino de expansión universal y no nacional. Por otra parte, la culpabilidad que los seres humanos sentían era gracias a la redención olvidada por el sacrificio de Cristo que era visto como facilitador.
En este sentido Pablo vuelve a la universalidad de Antón y deja el carácter exclusivo de un dios judío. El cristianismo, sin embargo, no va a ser estrictamente monoteísta sino que incorporará ritos simbólicos de varios pueblos, asumiendo el mito de la Diosa Madre (Virgen María), instalando deidades o divinidades disfrazadas tales como ángeles, santos, y vírgenes, asimilando elementos supersticiosos mágicos y místicos, que obstaculizaron el desarrollo espiritual del mismo por milenios.
Así, la victoria del cristianismo es una victoria de los sacerdotes de Amón sobre un judaísmo resumido a la categoría de fósil. La institución de Pablo (iglesia) parte de la muerte violenta de otro gran hombre, el hijo de Dios o Mesías.

PRAGMATISMO de William James

por Fernando Estévez Griego Ph. D.


La idea más importante de la exposición, y la que comparto más, es que existe verdad en tanto que podemos descubrirla. No podemos hablar de una verdad trascendente en el sentido de ser verdadera con independencia del hombre. Así entonces toda verdad es relativa al ser del hombre. Por consiguiente, antes de que el hombre fuere y luego de que éste sea, no habrá ni será verdad alguna.
Este concepto guía todas mis investigaciones y estudios psicológicos por cuanto es evidente que las leyes de física de Newton o las teorías de Einstein no eran verdad antes de ser descubiertas, como tampoco en realidad eran falsas, sino que sólo fueron verdad cuando se descubrieron. (La verdad es la forma en que la mente acepta ciertas representaciones de cómo funciona la realidad y éstas representaciones pueden variar según las personas. Incluso un mismo individuo, puede percibirse, plantea diferentes verdades en su vida). Así, el pragmatismo propone que las cosas tienen un ser (a las cuales llamo realidad) y que cuando se relacionan con el ser humano éste descubre la verdad.
Por lo cual no puede hablarse de verdad sin relación al hombre. La frase más genial de James ha sido que “La verdad es una propiedad de determinadas ideas nuestras”. Esto es que la verdad es la adecuación mental a la realidad como su no adecuación es la falsedad. Las ideas verdaderas son las que podemos verificar mientras que las falsas son las que no pueden hacerlo. En su primera conferencia, James comienza haciendo referencia a Chesterton con su frase “Hay personas, y yo soy una de ellas, que piensan que la cosa más práctica e importante en el ser humano es su punto de vista acerca del universo”.
James define el método pragmático como aquel que puede apaciguar las disputas metafísicas que pueden ser interminables. ¿Es el mundo material o espiritual, uno o múltiple? Para el método pragmático lo único que se puede hacer es interpretar cada noción y trazar sus respectivas consecuencias prácticas. Si no existe una diferencia práctica, las alternativas son en realidad la misma cosa y toda disputa es estéril. Pragmatismo proviene de la palabra griega pragma, que quiere decir acción, de dónde viene la palabra práctica y práctico, siendo introducido este término por M. Charles Pierce en 1878.
Pierce elaboró la teoría de que para desarrollar el significado de un pensamiento necesitamos saber qué conducta es la más adecuada para producirlo. (Respecto a este punto quiero agregar que antiguamente en Grecia se suponía que un conocimiento Teoría, se ponía en práctica o se utilizaba Práctica para lograr un producto Poium actualmente se designa con la palabra práctica a la utilización y a su producto, lo que no me parece correcto. El pragmatismo tiende a definir que una acción motiva un cambio de la realidad en cuanto mueve cosas físicas que la componen y que más que atender las ideas de las personas sólo importan sus actos, que en definitiva son evaluables científicamente. Pero no son los actos en sí lo que tomamos en cuenta sino el producto que éstos logran, vale decir, si son buenos o malos en relación a determinado referente).
Para James, el pragmatismo no es nada nuevo en filosofía, fue empleado desde Sócrates, Aristóteles a Locke, Berkeley o Hume, pues el pragmatismo filosóficamente es una postura radical del empirismo, que se aleja de las abstracciones, soluciones verbales, retórica, sistemas cerrados absolutos, etcétera, dirigiéndose hacia la acción los hechos y el poder. Lo cual significa el aire libre y las posibilidades de la Naturaleza contra los dogmas, lo artificial y la supuesta finalidad de la verdad. James dice que el Universo apareció en nuestra mente como un enigma, una pregunta, que la metafísica designó con algún nombre Dios, Razón, lo Absoluta, Energía. Y para las religiones o filosofías estas palabras simbolizan el Universo y poseerlas significa poseer el Universo mismo para ciertos hombres, no hay pues más que un final de las indagaciones metafísicas que siempre mueren en paredes de palabras.
El método pragmático no acepta que estas palabras cierren la investigación, sino que tendrán que estar sujetas a nuestra experiencia. De esta forma las teorías son simples instrumentos y no respuestas a las preguntas. Al no tener dogmas o doctrinas, el método pragmatista para James es “la actitud de apartarse de las primeras cosas, principios, categorías, supuestas necesidades y de mirar hacia las cosas últimas, frutos, consecuencias y hechos” (A esto me refería anteriormente, lo importante son los frutos en cuanto a producto de cualquier acción).
En su tratamiento de lo uno y lo uno y lo múltiple, James afirma que nuestra búsqueda no es entre la variedad o la unidad sino que se dirige hacia la Totalidad. Algo digno de tener en cuenta es la tesis jamesiana de que nuestros modos fundamentales de pensar sobre las cosas son descubrimientos que obedecen a las experiencias de nuestros antepasados que lograron conservarse a través de los tiempos ulteriores. Esto sería genéticamente en nuestra especie lo cual indicaría un proceso psicológico a partir de una especie de chip.
La diferencia entre el pragmatismo y el intelectualismo estriba en que los primeros no aceptan como los segundos que una idea verdadera debe copiar su realidad. James coloca el ejemplo del reloj en la pared, “cierre usted los ojos, imagine el reloj”. Tal vez lo haya copiado, pero ahora dígame usted cómo funciona el reloj, y entonces, salvo que usted sea relojero, la realidad se diferenciará de la idea. Esto significa que las reproducciones no se enfrentan con la realidad.
La verdad de un pensamiento en cuanto conjunto de ideas o de una idea en sí no es inherente a esta misma, equivale esto a decir que la verdad surge cuando una idea o pensamiento llega a ser cierto gracias a determinados hechos o acontecimientos. Esta verdad (siempre mental) es un proceso de saber que debe verificarse y validarse, lo que determina su comprobación en el campo de los hechos. Lo verdadero es sólo el expediente de nuestro modo de pensar. James dice que la Realidad es en general lo que la verdad ha de tener en cuenta.
La primera parte de la Realidad es el flujo de nuestras sensaciones. Las sensaciones que tenemos de la Realidad no son falsas ni verdaderas sino simplemente son. La segunda parte de la Realidad está constituida por las relaciones entre las sensaciones y las copias de éstas en nuestra mente, las cuales se subdividen en dos partes: las relaciones mutables y accidentales tales como fecha, lugar, etcétera, y las que son fijas y esenciales.
La tercera parte de la Realidad la constituyen las verdades previas. (Yo propondría aquí utilizar el término nuestro acercamiento a tal segmento de la Realidad para sustituir el vocablo parte de la Realidad). William James nos introduce en este libro a su visión del pragmatismo que influirá en varios pensadores como también socialmente en la pluricultura actual. Su defensa del pluralismo es, sin lugar a dudas, una de las bases de su sistema de pensamiento y de su amplitud mental.

Del Libro de Psicología
Dr. Fernando Estévez Griego
Trabajo para la W.P: University

libro PRINCIPIOS DEL ANÁLISIS INFANTIL de Melanie Klein

Comentarios de Fernando Estévez Griego Ph. D.


Veintiséis años después del nacimiento de Sigmund Freud nace en Viena, en 1882, Melanie Klein, quien años más tarde se convertirá en una de las personalidades más importantes dentro del movimiento psicoanalítico y cuya teoría ha provocado controversias y adhesiones dentro de dicho movimiento. Sus estudios de medicina la influenciaron posteriormente tanto como los cursos que hizo de Arte e Historia en la Universidad de Viena. En Budapest toma contacto con la obra de Freud. Su analista fue Ferenczi.
Se interesó por aplicar los conocimientos psicoanalíticos al tratamiento de los niños. Luego de su divorcio sigue su análisis con Karl Abraham. Conoce a Bárbara Lantos, Marie Bonaparte, René Spitz, Erich Fromm, Wilhelm Reich y Otto Fenichel. Ernest Jones la invita a Londres como miembro titular de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Falleció en 1960 dejando las bases de la escuela inglesa de Psicoanálisis y su aporte al estudio del psicoanálisis de niños.
A partir de Juanito, con el análisis de la fobia del niño de 5 años en 1909, se puede observar la posibilidad real de que el tratamiento psicoanalítico sea implementado en los niños. Esto genera dos escuelas a partir de Freud. Una la llamada Escuela de Viena de la hija de Freud, Anna Freud y otra denominada Escuela Inglesa de Melanie Klein. Klein trabaja en este libro sobre el caso Juanito y nombra reiteradamente a Anna Freud y sus conceptos para comparar su tesis.
Klein, o la Escuela Inglesa, se basa en un trabajo donde se destaca la noción de una labor de la transferencia positiva así como con la transferencia negativa oculta, las cuales durante el transcurso del tratamiento psicoanalítico, deben ser analizadas en profundidad, para establecer con claridad dentro del psiquismo los objetos buenos que, en primera instancia, son necesariamente distintos de los objetos idealizados. Para esto es menester reducir la escisión existente en el psiquismo entre las imagos persecutorias y las idealizadas, siempre que los impulsos agresivos se hubieran acercado a los libidinosos.
Para esto, sería necesario además que el odio fuera vencido por el amor. En tal relación, los trabajos desarrollados por Melanie Klein nos muestran la faceta de un enfrentamiento de las angustias con sus defensas. Así llegamos a la conclusión de que en el niño la capacidad de transferencia es espontánea y su ansiedad se intensa en gran medida. La compulsión a la repetición es producto de la presión de estas mismas ansiedades tempranas. El niño en consecuencia por este motivo, produce simbolizaciones y personificaciones que intentan reeditar constantemente sus primarias relaciones objetales que, además, sirven a la formación del Supeyo. Para esto, la adaptación a la realidad se expresa evidentemente en los juegos que inventa el niños y que pueden ser interpretados. En un análisis centralizado podemos afirmar que las primeras defensas en la relación binaria niño objeto surgen como consecuencia de las tendencias agresivas y son en definitiva la proyección en lo referente al sujeto y la destrucción en todo lo concerniente al objeto.
El niño, desde una primera instancia, proyecta en el psicoanálisis y en sus juguetes sus tendencias destructivas, de igual manera que lo hace con el amor. La intensidad de esta proyección y de las tendencias mismas es variable y va en relación directa al grado de fusión que hayan obtenido los instintos de vida y muerte. Pero esta interpretación de los juegos del niño dista mucho de una supuesta superación total o integral de los conflictos, pues los mismos pueden ser superables sólo cuando el niño puede ser capaz de comprenderlos y verbalizarlos. La verbalización acerca al niño a la realidad en una medida considerablemente mayor que el simbolismo del juego.
Melanie Klein, que interpreta constantemente el análisis infantil, tiende a opinar que los sueños, así como los juegos o bien las fantasías, son motivo de esa interpretación en igual medida que las actitudes. En definitiva, todo lo que el niño diga y haga sirve a nuestro propósito de interpretación y análisis. Pero un punto a tener en cuenta es que Melanie Klein sostiene que el psicoanálisis inevitablemente le creará angustia al niño y que para minorizar esa angustia el único camino es a través de las constantes interpretaciones de la conducta del chico. Pero por otra parte afirma que ve positiva la expresión de la transferencia negativa, que puede generar, y de hecho genera, una hostilidad.
Paulatinamente, la superación paso a paso de la transferencia negativa nos llevará a una transferencia positiva, que dejará profundizar en los problemas emocionales del niño. Para esto el psicoanálisis debe tener como finalidad disminuir en cierta forma la excesiva severidad o rigor del Superyo del niño.
Esto se logra en cierta parte por la interpretación del juego de los papeles, pero estos papeles no siempre son fáciles de interpretación. Para facilitar la labor del analista éste debe aceptar el papel que le otorga el niño si preferir éste ninguno y enfocar el análisis desde la situación que queda planteada a partir de la posición asumida por el niño. Otro punto destacable, por ejemplo, es la postura que sume Klein en cuanto llega a la conclusión de que en ambos sexos el alejamiento de la madre como objeto oral de amor resulta de las frustraciones orales infligidas por esta y que la madre a partir de ese momento se ejemplifica como madre frustrante o, mejor dicho, se presenta como tal en la vida mental del niño como madre temida. Algo importante es la explicación de la técnica que utiliza Melanie Klein. Para ella, por ejemplo, un muñeco puede representar un pene o, en otras ocasiones, el hijo robado a la madre, o en otras, el mismísimo paciente u otros.
Melanie propone estudiar en detalle, minuciosamente, todos los procesos del juego y así interpretarlos pues pueden darnos claras conexiones para dicha tarea. El material, según sus propias palabras, que los niños producen durante la sesión de psicoanálisis del juego, se puede apreciar que pasa del juego con juguetes a la dramatización en la propia persona del chico, donde utiliza otros elementos tales como agua, cortar papel, dibujar, teniendo que estar en nuestra mira el modo de hacer, la razón de hacer y los medios que los chicos eligen para hacer sus propias interpretaciones generando una verdadera miscelánea de factores que lejos de ser incoherentes o ilógicos poseen una lógica propia, pues el juego y los sueños son la forma de expresión más importante o relevante que tienen los niños.
Podemos decir que la representación que tienen de la realidad no les permite aún diferenciar claramente qué es lo verdadero y qué lo real. O, dicho de otra forma, qué es la interpretación interna y qué la realidad exterior. Pero cabe agregar que, al final de cualquier psicoanálisis, los niños no pueden cambiar sus modus vivendis con la facilidad o independencia o posibilidades que tiene el adulto.

Del Libro de Psicología
Dr. Fernando Estévez Griego
Trabajo para la W.P: University

del libro ARQUETIPOS E INCONSCIENTE COLECTIVO de Carl Gustav Jung

por Fernando Estévez Griego Ph. D.


El arquetipo fue definido por Jung como elemento psíquico estructural y por lo tanto como factor de vital importancia para la economía intra e interpsíquica. Representa, o bien personifica, ciertos datos instintivos del alma primitiva que está situada en las raíces de la conciencia individual. Si bien en este libro Jung aclara apenas comenzado que la hipótesis de un inconsciente colectivo es uno de esos conceptos que pueden producir cierto rechazo o bien un choque intelectual para el común de la gente, es ya por hoy un concepto corriente.
Analizando el concepto antiguo de Carus y Von Hartmann, llega al concepto freudiano de lo inconsciente como un punto de reunión de los contenidos olvidados y reprimidos. Pero Jung ve que hasta el mismo Freud ya había descubierto un carácter arcaico mitológico de lo inconsciente. Así Jung afirma que el inconsciente individual como tal es una parte superficial del inconsciente colectivo. Este Inconsciente Colectivo es, en la visión jungiana Universal de carácter cun grano salis, por lo cual está en todas partes y en todos los individuos.
Esto equivale a decir que está en todos los seres humanos y por lo tanto es suprapersonal. Los contenidos de lo inconsciente personal o individual son los llamados complejos de carga afectiva, mientras que los contenidos del inconsciente colectivo son los arquetipos. Partiendo del concepto arquetípico de Filón de Alejandría hasta las doctrinas tribales que desembocan en la doctrina secreta, Jung encuentra en esta última una expresión típica de la transmisión de contenidos colectivos procedentes del inconsciente.
Si bien la doctrina secreta es una expresión de los arquetipos, también lo son el mito y la leyenda. Ahora, un arquetipo es un concepto que se aplica a representaciones colectivas que no han tenido una elaboración conciente, siendo un dato psíquico inmediato. Pero indudablemente las leyendas han sido distorsionadas a lo largo del tiempo por quienes interesadamente las transmitieron. La manifestación inmediata es como en los sueños o visiones, ingenua y semejante al mito. El Arquetipo es un contenido inconsciente que al conciencializarse cambia con cada conciencia individual donde surge.
El ser humano primitivo no busca una explicación objetiva de todo lo que percibe, sino sí por necesidad o por lo que puede clasificarse como impulso inconsciente éste asimila psíquicamente todas las experiencias sensoriales. Así, con la salida del sol como hecho de la naturaleza, al ser humano no le basta con esta observación sino que esto es a la vez un acontecer psíquico, por lo cual debe representar el destino de un dios o héroe, el cual en realidad no vive más que en el alma de un hombre.
Así los procesos naturales son convertidos en mitos (verano, primavera, lluvias, etcétera) Se crea una proyección de las expresiones simbólicas del inconsciente drama del alma, cuando su aprehensión se hace posible gracias a que se refleja en sucesos naturales, proyectándose. Esta proyección es tan fuerte que culturalmente se necesitó varios siglos para que se separara del objeto exterior. Jung trabaja así sobre los conceptos de los arquetipos y del ánima haciendo referencia a si antes de Fechner y Wundt, que establecieron una psicología empírica, lejos de la teoría filosófica, dice que la Psicofísica de Fechner dio como resultado una psicotécnica y un punto de vista a favor de la fenomenología.
Jung estima que hasta Freud, que descubrió los fenómenos complejos de la neurosis, no logró apartarse de ciertos conceptos fisiológicos haciendo depender sus afirmaciones e investigaciones de la fisiología de los instintos.
Así resalta la labor de William James y Flournoy para comprender que una perturbación se puede comprender dentro del todo de la psique humana. Jung defiende el concepto de ánima, negando a ésta un carácter teórico y mitológico y afirmando que corresponde empíricamente a un grupo de fenómenos análogos y afines. El concepto del arquetipo de la madre se puede encontrar en la gran madre o e la historia de la religión, donde existe el mito de la diosa madre.
Platón dijo que la idea es preexistente a toda fenomenalidad. Jung se vale de esto para asociar el concepto de idea al de arquetipo. Así llega al complejo materno del hijo, que difiere del de la hija, pues en un hijo puede producir homosexualidad o donjuanismo y, a veces, impotencia. En la homosexualidad se adhiere a la madre, mientras que en el donjuanismo se busca en todas las mujeres, a la madre. En la hija, el complejo materno provoca una hipertrofia o una atrofia.
Sobre este punto, y de todo el libro, quiero rescatar una afirmación de Jung, que me parece evidente y de real importancia y es que cuando, por ejemplo, el Ero se desarrolla sólo como relación materna esto se debe a que el Eros es inconsciente. Y un Eros inconsciente te manifiesta siempre como poder. Esta afirmación se basa en que la experiencia demuestra que donde falta el amor el poder ocupa el lugar vacío. Al complejo de madre le ofrece resistencia la defensa contra la madre que tendría como lema “cualquier cosa con tal de que no sea como mi madre”.
La naturaleza de lo psíquico es abordado desde los datos históricos sobre lo inconsciente. Así, Jung llega a exponer que hasta el siglo XVII la historia de la psicología era básicamente un registro de doctrinas del alma. Y aún hoy se le ha dado un sentido empírico, puro. Incluso los defensores del punto de vista antiguo nunca pensaron tan siquiera que sus doctrinas no son más que fenómenos psíquicas. Es evidente que Christian August Wolf (1679-1754) fue el primero que habló de una psicología experimental o empírica para dotar de nuevas bases a esta ciencia pues debía sustraerse al criterio de verdad de la filosofía. Así, la psicología debía renunciar al argumento filosófico y establecer la experiencia en su lugar, para convertir la psicología en una ciencia natural.
Pero aún hoy podemos ver una parte de la psicología bajo el dominio de la filosofía racional o especulativa. Así la psicología a principio del siglo tomaba asilo en las facultades de filosofía y/o medicina (psicología médica). La psicología seguía buscando su independencia como ciencia natural. El instinto y la voluntad es analizado por Jung partiendo de la teoría freudiana de que los instintos están ligados a necesidades de ciertas glándulas, y que en la esfera psíquica la voluntad actúa sobre la función como una energía que puede superar a otra o influirla, cambiándola de esencia.
La voluntad equivale para Jung a una cantidad de energía limitada que está libre, a disposición de la conciencia. En mi opinión general, la voluntad es la energía que alimenta el deseo de poder del ser humano y puede, como dice Jung, tener una cantidad de la libido. Pero aunque éste plantea una libido diferente de la freudiana pienso, en lo personal, que es un desprendimiento natural de la libido freudiana.

Del Libro de Psicología
Dr. Fernando Estévez Griego
Trabajo para la W.P: University

HISTORIA DE LA LOCURA EN LA ÉPOCA CLÁSICA Tomo I. Michael Foucault

Comentarios de Fernando Estévez Griego Ph. D.

Michel Foucault es uno de los representantes del estructuralismo francés. Para comprender y comentar esta obra es necesario entender filosóficamente su concepto de este estructuralismo propio que nos brinda y que fue bien definido por Jean Piaget cuando dijo que el trabajo de Foucault "es un estructuralismo sin estructuras".
El planteo de su libro deja entrever su visión filosófica central de que existen cambios de espisteme que son en si cambios de discursos que no son producidos por actos humanos, individuales o colectivos, y que ni siquiera ocurren mecánicamente. Esto se dirige a demostrar que hay una discontinuidad entre espistemes, pero que al fin de cuentas existe una razón de cambios que Foucault denomina condiciones de posibilidad.
En toda la obra de Foucault se ve y se vislumbra una arqueología del saber que quiere demostrar un espacio general del saber. Cabe desde una óptica crítica del libro que estamos analizando. Exponer que Foucault es un estructuralista en todas sus tesis porque se opone al atomismo, y además porque siempre predomina en él la noción de referencia a los mismos análisis que establece. Este concepto estructuralista es verificable y común en la psicología de la gestalt e incluso en Jacques Lacan. Esta estructura es un sistema de transformaciones que comportan leyes, en tanto que este sistema se conserva o enriquece por el propio juego de transformaciones y autorregulación. La locura en la obra que analizamos de Foucault se basa en una propuesta estructural de que los hombres están sometidos a las estructuras y no a la inversa, y que el paso de la historia de la locura se ve delimitado por un marco propio de estas, que establecen modelos propios de relaciones que son diferentes manifestaciones de un mismo sistema estructural.
En su comienzo el libro de Foucault toma como referente primario la encarnación del mal, expone que al final de la Edad Media la lepra desaparece del mundo occidental y al margen de la comunidad y en las puertas de las ciudades que daban los leprosarios vacíos. Psicológicamente nos lleva hacia los arquetipos y recuerdos arcaicos de una edad consderada como poco racional, de la cual nos hace y obliga comenzar un viaje analítico de la evolución de la locura.
En este viaje imaginario hay un hecho central en su planteo estructural, que llama nuestro análisis y este es precisamente que nos dice que la encarnación del mal era antes la lepra, luego la locura, y que ambas están o estaban al margen de la comunidad como sinónimo de sociedad, y desde este referente primario esboza su obra comprobando esta idea central, la cual establece que la locura, es una conducta marginal frente a la comunidad. Esto nos llevaría a pensar primariamente que toda conducta marginal significa un acto de locura. Pero toda su obra se puede resumir en pocas palabras. La locura para Foucault es un sistema con diferentes manifestaciones que está sometida a las estructuras concordantes a determinados momentos históricos. La lepra desaparece entonces con las Cruzadas cuando estratégicamente Occidente, se cierra a Oriente. Y esto es señalado por Foucault y aunque no lo dice lo insinúa: la locura entonces suplantara a la lepra y marcará su referente opuesto, un prototipo de hombre normal regido por lo occidental que ve como poco cuerdo todo lo oriental. Esto aparece en el libro de Foucault como una necesidad Europea de autodefensa y búsqueda de una identidad que ya se había insinuado evidentemente con Pepino el Breve y Carlo Magno así como en los cantares del Mio Cid en España. Basta verificar nuestra historia para comprender que el desarrollo de la occidentalidad va ligada a un miedo indirecto a contagiarse de lo oriental o de lo africano, que son sinónimos de enfermedades y locuras poco civilizadas o si se prefiere de culturas marginales. ¿Pero marginales a qué referente? A la sociedad europea que se está forjando. Olvidado así el leproso dice Foucault sigue la estructura que permanece aguardando quien la llene, y serán entonces los pobres, los vagabundos, los muchachos de correccional y las cabezas alienadas quienes pasarán automáticamente al sistema de exclusión, estos marginados de la sociedad, obtienen su exclusión social pero ganan su reintegración espiritual. Dos siglos después de la lepra, la locura sucederá a esta.
Para proseguir su tesis Foucault hace gala de su conocimiento y erudición nombrando a varios autores y utilizando referentes históricos y literatos con el solo fin de utilizar la retórica para demostrar que existe un hilo que sigue en su proceso mental de como él imagina que se configuró la locura en Europa, lo que lejos de aclarar su visión y dotar al lector de una idea clara sólo contribuye a apreciar que hay una gran cantidad de palabras que llenan el libro sin mayor importancia.
Para comprender mi análisis estructuralista del estructuralismo de Foucault es necesario entrever en este libro lo no escrito, o sea lo que el autor define como episteme, que en otra ocasiones aparece como campo epistemológico que es la estructura subyacente y en tal sentido inconsciente que delimita todo el campo del conocimiento. Esta espisteme no la genera el ser humano sino que es el lugar desde donde todo humano conoce y actúa mediante las reglas estructurales de la episteme. Total la episteme es una estructura profunda a ultranza y por ello subyacente a todas las demás estructuras. Por esto no sólo tenemos que leer lo que Foucault insinúa sin decirlo para que llegue a nuestro inconsciente sino que además se hace necesario demostrar que su intento, es basarse en las epistemes de la época clásica de la locura para en obras posteriores abordar la espisteme moderna que es en si su objetivo.
Todos los críticos de Foucault, entre los que me incluyo, encuentran que existe en sus planteos una inteligibilidad de todo lo que habla no precisamente por la descentralización de los temas sino por la falta de claridad estructural dirigida sin la cual es imposible no ya a partir de un referente sino llegar a un objetivo que es el referente último de todo método.
Sin embargo, podemos apreciar que la locura que se analiza no era un pecado directo, sino el castigo mismo, sólo en ciertas ocasiones pues Foucault menciona cómo se azotaba a los locos. Lo que me parece rescatable es comentar la parte sugerida como trascendencia del delirio, donde se expone que llamamos locura a esta enfermedad de los órganos del cerebro, cuando también se acepta que los problemas de la locura rondan la materialidad del alma. Así se llega a vislumbrar como son los filósofos quienes más se ocupan de ella generando sus fantasías y volcándolas en sabias letras y argumentos que llenarán diferentes libros, pero el alma nunca estará comprometida con la locura para recaer en ella, lo que abre disimuladamente la puerta para justificar ciertos actos que aunque erróneos socialmente y tal vez inaceptables normalmente pudieran ser perdonados posteriormente por obedecer a una enfermedad que no nos permitía estar en el pleno dominio de nuestros actos. Bien dice Foucault el alma de lo locos no está loca, aunque por supuesto nadie ha sabido definir el alma con precisión.
La obra de Foucault me sugiere una frase que he acuñado como propia: la razón no existe, se inventa para justificar nuestros actos.

Del Libro de Psicología
Dr. Fernando Estévez Griego
Trabajo para la W.P: University

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA De Paolo Legrenzi, editado por Herder, 1986

Comentarios del Dr. Fernando Estévez Griego


Podríamos decir que las distintas escuelas y corrientes psicológicas se acercan a dos polos de opinión, uno es el que considera a los hombres como máquinas cuyo funcionamiento está determinado por las leyes de la neurofisiología y de la bioquímica, y otro los que piensan que la persona es capaz de fines y expectativas e intenciones. Los mecanicistas privilegian las técnicas experimentales clásicas de laboratorio, mientras que otros piensan que se debe privilegiar la observación de situaciones específicas en contextos no artificiales y la utilización de técnicas, como por ejemplo el psicoanálisis que nada tienen que ver con las ciencias naturales.
Y aunque en Psicología se pueden encontrar manuales o libros de esta ciencia sin referencia alguna a su génesis, se hace preciso la adopción de un punto de vista. Así pues se evita escribir o hablar de psicología, en vez de afirmar correctamente en realidad que se está hablando de psicología desde cierto punto de vista, pues varios autores suelen criticar a otras corrientes como que no son psicología o no son científicas. Sin embargo, hay varios libros o cursos que son eclécticos. Así pues se verifica que un mismo autor o psicólogo cambia de punto de vista según el tema a tratar. Esgrimiendo un punto de vista gestáltico sobre la percepción para luego, cuando hablan del aprendizaje, sostener un punto de vista conductista y así como estudian la personalidad establecer sin problemática un punto de vista freudiano.
Esta es la situación real en la mayoría de los cursos para un estudiante que quiera graduarse en Psicología. La Psicología se ha dividido en trozos a los cuales les corresponden diferentes profesores y libros. Pero esto, lejos de ser lamentable, es preferible a la legitimación dogmática y autoritaria de una única psicología oficial.
Se le puede atribuir la creación de la Psicología a Wilhelm Wundt pero podemos afirmar que la psicofísica o psicomática tiene un siglo de antigüedad mientras que la psicolingüística tiene apenas veinte años de Antigüedad y que ambas son puntos referenciales de la Psicología, y de su historia. Para el autor la Psicología nace realmente a principio de siglo, cerca de la primera guerra mundial, con las tres grandes escuelas: la Conductista, la Gestalt y el Psicoanálisis.
Orígenes de la Psicología. Aunque quien albergó el término es algo discutible quiero remarcar la extrema importancia que tuvo el pensamiento de Pitágoras, pues según Diógenes Laercio 570-489 A.C., éste distinguía tres facultades psíquicas o del alma: la inteligencia y la razón situadas en el cerebro y la pasión situada en el corazón. Pero fue Aristóteles quien en su Tratado del Alma primero establece un estudio propiamente de la Psicología en el mundo y configura el primer escrito sobre ésta.
Para analizar el desarrollo de la Psicología debemos remontarnos a Descartes, que con su racionalismo genera el dualismo cuerpomente y lanza su teoría de las ideas innatas, a la cual se oponen los empiristas Locke, Berkeley y Hume, que sostienen que el conocimiento deriva de la experiencia. En 1900 Johann Friedrich Herbart, sucesor de Kant en la cátedra de Königesberg fue el primero en decir que la Psicología es una ciencia autónoma, no subordinada a la filosofía ni a la fisiología. Pero por ser ciencia no experimental debe basarse en la metafísica por ser una ciencia metafísica que debe a su vez fundamentarse en la experiencia y las matemáticas.
Fechner hace nacer la Psicofísica en 1860 y establece una concepción semimaterialista donde el alma o espíritu es una propiedad de la materia inherente a la organización de sus átomos, extendiendo este concepto a todo animal, planta y ser inorgánico. Fechner fue en cierta forma el padre de la Psicosomatología. A partir de Wundt nacen el Estructuralismo y el Funcionalismo, el primero con Titchener y el segundo con William James. Lo importante de la Psicología funcionalista es su método ecléctico. La escuela de la reflexología es llamada escuela de Pavlov, la escuela históricacultural fundada por Vigotski influida por la revolución bolchevique.
La Psicología de Gestalt, o psicología de la forma, nace con Wetheimer, Kohler y Kofka, y es una reacción alemana a las teorías de Wundt. Kurt Lewin genera dentro de la teoría de la Gestalt con sus teorías de psicología social. Con el nazismo la Gestalt viaja a USA. El Conductismo propone casi más que una Psicología una Conductología, pues se limita a estudiar las conductas. El fundador del conductismo fue J. B. Watson. Luego Freud establece un concepto revolucionario afirmando que la psicología es el estudio no sólo de lo conciente sino de lo inconsciente y genera el psicoanálisis. Jean Piaget y la escuela de Ginebra, que dotó otra vez a la Psicología de una densidad filosófica.
Podríamos considerar a Piaget el padre de la verdadera Psicología moderna de la edad evolutiva, así como el impulsor de ciertos aspectos importantes como el epistemológico y el metodológico pues Piaget se plantea constantemente el problema centra del saber psicológico. Incluso en el campo metodológico rechaza el experimento llevado a cabo en el laboratorio como método canónico para el control empírico, extendiendo el estudio de los procesos cognitivos a una ingeniosa variante de coloquio clínico.
Psicología cognitivista ligada o filialmente surgida del conductismo, es aquella que ve variables interventoras entre el estímulo y la respuesta que están dentro del individuo. El mentalismo de los cognitivistas dio lugar a que éstos se consideren una psicología mentalista. Los conductistas afirmaban que la mente no podía ser estudiada por carecer de lugar anatómico.
El libro aporta una introducción muy completa a la historia de la Psicología gracias al aporte de diversos autores, generando un estudio relevante del camino que la psicología ha tenido que transitar para estudiar sin ataduras, prejuicios y otros conceptos que incluso llegaron a poner en duda si era posible que esta ciencia naciera científicamente para estudiar las sensaciones, ideas, sentimientos y emociones del ser humano. Paolo Legrenzi es catedrático de Historia de la Psicología de la Universidad Italiana de Trieti, y autor de varias obras sobre psicología

Del Libro de Psicología
Dr. Fernando Estévez Griego
Trabajo para la P.W. University